Este tratamiento estético es mínimamente invasivo, esto supone menos preparación previa, tiempos de intervención más cortos y sobre todo reduce casi a cero la recuperación y dolor del paciente. Haciendo de este proceso una opción muy recomendable si se trata de arreglar estéticamente pocas piezas dentales.
La mejora estética producida por las carillas es casi inmediata, ya que en una o dos sesiones pueden estar completamente colocadas y ser funcionalidades. Además, las piezas son resistentes a manchas, por lo que no tendremos que tener un cuidado extra tras el tratamiento.
Por último, aunque las carillas están enfocadas en la estética, puede ayudar a corregir pequeñas irregularidades en la alineación o forma de los dientes. Mejorando así el proceso de masticación.